El sábado pasado fue la primera vez que comí en un restaurante chino. Por razones que ahora serían largas de explicar nunca había comido, ni siquiera entrado, en un restaurante chino. Entramos y no había ni un cliente en el restaurante. No sabía que pensar.
Comí lo típico de los chinos. Lo que me recomendaron Pe, Fernando y Cristina. Me contaron que todos los chinos tienen el mismo menú. En todos hay la misma comida. ¿Trabajan los restaurantes chinos con la misma carta? ¿Dónde se encuentra entonces la carta original? ¿La primera carta? El principio del árbol genealógico del menú chino.
La música, también china, que flotaba en el local (apenas se oía) me gustó mucho. Creaba buen ambiente. La decoración del restaurante donde comí era muy austera. Me comentaron que hay restaurantes chinos con una decoración muy china pero en el que estuve yo sólo había dos peceras con dos peces y una especie de altar con una figura y tres bombillas a modo de velas. También había una humedad en una pared.
Me pareció realmente barato. Supongo que esta será una de las claves del éxito. Me cuenta Jonás, que tiene una teoría poco desarrollada, que cree que en la comida china hay sustancias adictivas prohibidas que te hacen volver y volver. Yo de momento no he tenido ganas de salir corriendo para comer comida china. A lo mejor la adicción se crea poco a poco y llega un momento en el que se produce un punto de no retorno y hay que volver y volver de vez en cuando.
Post Data: Mi hermana María, que tampoco había estado nunca en un restaurante chino, cenó el viernes pasado en uno. Y no nos pusimos de acuerdo, fue una casualidad.
Post data de la post data: ayer lo comentamos y ni a mi hermana ni a mi nos ha disgustado la comida china.
31 enero 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario