09 mayo 2006

El día de tu boda (7)

La caída de un mito

Llegamos a casa de Jonás con la hora pegada al culo, nos cambiamos rápidamente y ya, vestidos y peinados, nos socializamos con el resto de los invitados. Tanta prisa, tanta prisa y Gema aún no había salido de la peluquería. A los siete minutos de estar vestidos con la ropa de la boda (y yo empezando a sudar porque ese mediodía hizo calor y Oscar renegando de su corbata; menos mal que yo decidí no llevar corbata) entraron Gema y Jonás que venían de la peluquería preparados para vestirse con sus trajes de novios. (Ahora es cuando cae el mito) Y Jonás, Jonás, entraba vestido con un chándal. ¿Cómo se puede pasar de un chándal a un traje de novio sin pasos intermedios? (Para mi, el chándal es la prenda de ropa más fea que se ha inventado y sólo es tolerable si se va a hacer deporte). Cuando le saludé, le dije: se me acaba de caer un mito. No se si me entendió lo que quise decirle.

1 comentario:

mikel dijo...

Sí. El impacto va a ser, al menos para mi, inolvidable. Y aquí queda constancia escrita.